Aparcan el coche para frenar la contaminación, de esta manera se despertó Milán ayer domingo, nadie pudo utilizar durante el día ayer los vehículos particulares excepto curas, médicos, recién casados y sus invitados o aquellos que posen vehículos ecólogicos, el resto de la gente se desplazó bien andando, en bicicleta o en transportes públicos. Desde 2007, cada vez que la contaminación supera durante 12 días seguidos el límite de contaminación permitido por la Unión Europea, al domingo siguiente no se puede circular. La medida como todo tiene sus incovenientes y sus detractores pero lo que principalmente se pretende en concienciar a la población de la gravedad de la contaminación.
La preocupación por la contaminación en Italia no afecta solo a Milán. Otras ciudades como Roma o Bolonia también de forma esporádica contribuyen con medidas similares, siempre buscando el equilibrio entre la pureza del aire, la restrinción de la contaminación y las necesidades de la ciudadanía de desplazarse. Tampoco ayuda el hecho de que el transporte público es insuficiente.
En Roma, por ejemplo, están registrados 970 coches cada 1.000 residentes. Y, hasta hace unos años, dos días a la semana solo podían circular la mitad. Un día los de matrícula impar se quedaban quietos y al día siguiente, los pares. Ahora la única medida es la restricción del tráfico en 700 hectáreas de las 3.000 que ocupa el centro. En Bolonia los jueves solo pueden circular la mitad de los vehículos: si es día 2 circulan los pares y si es día 3, los impares.
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